A lomos del ego de Walter White fuimos conociendo todos los escalones del narcotráfico de New Mexico. Breaking Bad nos contó el desenlace de esa historia, ya que Heisenberg entró como elefante en cacharrería en un ecosistema muy definido, pero también sus orígenes, ya que los flashbacks fueron una importante fuente de conocimiento. Better Call Saul es el punto intermedio, ese vasto espacio de tiempo en el que el día a día es más importante que el principio y el final, pero en el que se desarrollan las condiciones para que las cosas acaben sucediendo. Breaking Bad fue heavy metal y Better Call Saul es jazz.
- Episodio 3×04: Sabrosito
- Fecha de emisión: 1 de mayo
Decía “Better Call Jimmy” en uno de los comentarios de ésta y otras reviews que “Gus encaja mejor en esta serie que Tuco”. Y no puedo estar más de acuerdo. De hecho, ya lo hablamos en Gloves Off, el capítulo en el que Mike metió entre rejas a Tuco:
La decisión de apartar a Tuco, en ese sentido, creo que responde más a una necesidad de los guionistas que a la lógica de Mike. Y es que no se puede tener a Tuco en juego sin que la policía, la DEA, el FBI, la Interpol, el cártel, la familia Salamanca y la Guardia Civil se te tire encima.
Tuco es un personaje acojonante que le vino como anillo al dedo a Breaking Bad cuando Walter White empezaba a merendarse eslabones de la cadena del narcotráfico. Tuco es ese perfil de líder intimidador, con buenos contactos y nada que perder que utilizan los que realmente mandan para dirigir el negocio a pie de calle, pero al que jamás llevarían a una reunión. Porque dispararía antes de hablar. En Breaking Bad, decía, ese Tuco entró como cuchillo en la mantequilla para reflejar dónde se estaba metiendo Walt. Sin embargo, Better Call Saul no es una serie sobre el narcotráfico en New Mexico, aunque éste vaya a ser un tema central en las próximas semanas, sino la historia de cómo un carismático abogado dejó su vida y su identidad a un lado para convertirse en un “criminal lawyer”. Y en esta historia, por mucho que Mike flirtee con el lado oscuro, Tuco no encaja tan bien como Gus Fring. La pausa y el cálculo le sienta mejor a Better Call Saul que el rock’n’roll.
Sabrosito es un capítulo decididamente especial porque rompe con la estructura narrativa que había mantenido hasta ahora la serie. No sé si será flor de un día, o es lo que nos espera a partir de ahora, pero la historia de Jimmy y Mike, que circulaba más o menos en paralelo, ha pasado a ser la historia de Gus y Jimmy. El jefe de los Pollos Hermanos se come la mitad del capítulo y convierte a Mike en ese satélite que desaparece y aparece, habitualmente de noche, para arreglar algún desajuste en la cadena de producción. Gus relega a Mike al papel que tuvo en Breaking Bad y que, como el de protagonista, le sienta de maravilla.
Había ganas de ver a Gus, a este Gus, al Gus que llega a casa de Don Eladio para humillar a Héctor Salamanca con su recolecta mensual. Recordáis a Don Eladio, ¿verdad? Es el jefe del Cartel de Juarez, con el que Gus se reunió al poco de llegar a Estados Unidos para proponerle un trato y que acabó con el asesinato de Max Arciniega, el socio (y para algunos también el interés amoroso) de Gus Fring, a manos de Héctor Salamanca. Aquella escena de Breaking Bad, que vimos en el capítulo “Hermanos”, es el punto de partida de la fría venganza que trama Gus y que concluirá con el asesinato del propio Eladio y de todos sus hombres en la misma piscina (Salud) tras una jugada maestra del Pollo Hermano. La escena de Sabrosito, por lo tanto, es el punto intermedio entre el Gus inseguro y débil que se presentó en casa de Eladio una década atrás y el Gus implacable que se presentará en casa de Eladio una década después. A raíz de Sabrosito, fantástico nombre para un FunkoPop, Gus empezó a comer terreno a Héctor, a ganarse la confianza de Don Eladio y a desequilibrar la balanza hacia su lado. No, no hay nada casual en la escena de presentación de Don Eladio…
Gus todavía tiene un arco que trazar hasta ser ese Gus que conoció Walter White. Y en ese camino se va a encontrar más de una vez con Héctor Salamanca, que todavía tiene agallas (y movilidad) para presentarse en casa de Fring y soltarle unas cuantas amenazas. Gus parece haber tejido ya una potente red para la distribución de blue meth, pero en el ámbito personal tiene un punto de vulnerabilidad que no le vimos en Breaking Bad. Si a eso le añadimos que Héctor no va a querer quedar mal otra vez delante de Don Eladio, es bastante probable que el jefe de los Pollos Hermanos necesite una mano derecha para los asuntos más turbios. Y ahí debería entrar Mike Ehrmantraut. La pregunta es si la serie piensa dividir su tiempo entre Gus, Mike y Jimmy a partir de ahora. A mí no me importaría en absoluto porque ver a Giancarlo Esposito siempre es un placer y porque Sabrosito ya ha demostrado que puede funcionar sin ninguno de los dos protagonistas de la serie: ni Jimmy ni (apenas) Mike tienen presencia en la primera media hora. Y qué media hora…
Claro que tampoco ha estado nada mal la segunda parte de Sabrosito, más centrada en la guerra Jimmy-Chuck, pero en la que también hemos podido disfrutar de las maravillosas dinámicas entre el abogado y Mike. Jimmy ha utilizado al hombre que lo arregla todo para infiltrarse en casa de Chuck y tomar fotos de su locura. La supuesta electrosensibilidad de Chuck, que tanto ha odiado Jimmy a lo largo de todos estos años, podría ser ahora su punto de apoyo a la hora de establecer las bases de su defensa. Chuck puede tener buenos contactos y un talento único para ganar juicios, pero también tiene una casa cubierta de papel de plata, lámparas de gas y una caja llena de hielo como nevera.
Y Jimmy tiene a Kim. No lo olvidemos. Pocas personas más obstinadas en New Mexico que la abogada de ojos azules… que además tiene un plan, como ha quedado claro al final de Sabrosito. Cada minuto que pasa en Better Call Saul me gusta más el dúo Kim-Jimmy y me genera más curiosidad qué pudo pasar entre ellos para que ella no llegue a Breaking Bad. Cada vez tengo más claro que la ausencia de Kim será el click que active a Saul Goodman. Ah, muy grande también la escena entre los cuatro abogados ante la fiscal: Bob Odenkirk borda ese papel de hermano herido, que todavía tiene mucho odio en su interior, pero que se debe contener para no echar al traste su estrategia.
Despido la review con un guiño al mejor episodio de la historia de la televisión: Ozymandias. ¿Recordáis la estación de bomberos en la que Walt, después del cataclismo, abandona a su hija Holly? Pues es la misma estación de bomberos que Gus Fring visita en Sabrosito en uno de sus muchos y muy bien vistos actos para la comunidad. Si es que a esta serie hay que adorarla…